Así pues, volverán a ser legales los rituales de 'donuts' y
derrapes, como los que Sebastian Vettel regaló a los aficionados en India, Abu
Dabi, Estados Unidos y Brasil, siempre que cumplan con unos criterios de
seguridad básica.
De esta manera, la Fórmula 1 convierte en regla una evidente
voluntad popular y que muchos aficionados no acabábamos de entender.
Todo surgió a raíz del espectáculo que Sebastian Vettel
regaló al público del Gran Premio de la India del año pasado, en el que se
proclamó tetracampeón del mundo. La FIA sancionó al piloto con una reprimenda y
al equipo Red Bull con una multa de 25.000 euros por quebrantar el artículo
43.3 del Reglamento Deportivo, según el cual los pilotos deben dirigirse al
parque cerrado tras la finalización de la carrera "sin ningún retraso
innecesario, sin recibir ningún tipo de objeto y sin ayuda (excepto la de los
comisarios si es necesario)".
Pese a esa reprimenda, el alemán continuó festejando sus
posteriores victorias hasta el final de la temporada, pero en esas ocasiones,
la FIA decidió no sancionar a Vettel, quien comenzaba a imponer una nueva
costumbre que incluso Felipe Massa imitaba en su última carrera con Ferrari y
ante su público en el Gran Premio de Brasil.
Ahora, la FIA ha reeditado ese artículo para legalizar
definitivamente estas celebraciones que hacen aún más humano este deporte y lo
acercan al aficionado. El Reglamento Deportivo ha introducido el siguiente
párrafo en el que se permite a los pilotos este tipo de espectáculos:
"Se hará una excepción al artículo 30.4 y a lo anterior
para el piloto ganador, que puede llevar a cabo un acto de celebración antes de
llegar al parque cerrado, a condición de que tales actos:
a) Se realicen de forma segura y no pongan en peligro a
otros conductores o trabajadores
b) No pone en tela de juicio la legalidad de su coche
c) No retrasar la ceremonia del podio"
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