Este periodo de vacaciones, aunque no tan largo como hoy en día,
fue introducido hace unos años porque algunos equipos tenían problemas con el
personal. La temporada quizás no tenía tantas carreras pero los continuos tests
hacían que se viajase mucho más en perjuicio de la vida familiar de los
pilotos.
De tal forma, no es de extrañar que el parón veraniego y los
días de descanso se celebren como un auténtico premio entre los empleados de
las escuderías de la parrilla. El director deportivo de Toro Rosso, Steve
Nielsen, lo tiene claro: "El parón de agosto es una victoria para todos en
la Fórmula 1", triunfo que no festejarán juntos y con champán sino que
probablemente con sus familias, amigos y saboreando algunos rayos de sol.
En una línea similar a la de Nielsen, el jefe de equipo de
Red Bull, Christian Horner, cree que las vacaciones también han de servir para
coger fuerzas y volver al trabajo con energía para afrontar la segunda mitad de
la temporada, la más importante para consolidar posiciones y luchar con uñas y
dientes por el Título. "Todos se han ganado la oportunidad de recargar sus
pilas", afirmaba el británico.
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