La Fórmula 1 vuelve a casa, ir a Gran Bretaña y
especialmente al circuito de Silverstone, es posiblemente un retorno a su lugar
de nacimiento.
Hablar de Silverstone es hablar de la historia viva de la
Fórmula 1. Y es hablar del circuito en el que se corrió la primera carrera de
la máxima categoría automovilística. El 13 de Mayo de 1950, Giuseppe Farina con
su Alfa Romeo ganaba en Silverstone el primer Gran Premio de un Mundial de
Fórmula 1, ante cien mil espectadores y otros veinte monoplazas. Este año
celebraremos la 51ª edición
Silverstone es un circuito rápido, aunque a medida que ha
ido cambiando a lo largo de los años, ha ido perdiendo ese carácter tan rápido
que solía tener. Si a mediados de los años 80, era prácticamente tan rápido
como Monza, a finales de esa década se ralentizó el circuito, y aún un poco más
a principios de los años 90, que dejaron Silverstone tal y como lo conocíamos
hasta hace pocos años, antes de la última modificación, aunque el carácter
general no se ha visto demasiado afectado.
Para iniciar esta nueva época, en 2010 el circuito estreno
una nueva configuración destinada a mejorar el disfrute de los espectadores y
hacer de Silverstone un reto aún mayor para los pilotos. Y es que el nuevo
complejo de curvas denominado "Arena", que comienza en la remodelada
Abbey (curva 1) para volver al antiguo trazado en Brooklands (curva 6), hace
que al contrario de lo que suele suceder, el circuito sea más rápido aún que
antes.
En 2011 se completa el proyecto de renovación del circuito
con el cambio de la posición de la recta de meta, ahora entre la curva Club
(18) y Abbey (1), inaugurándose un nuevo paddock y edificio de boxes.
Con una gran cantidad de curvas rápidas que exigen una
elevada carga aerodinámica, el circuito pone los pelos de punta, sobre todo
cuando los pilotos se lanzan en séptima velocidad a la curva 9, Copse, para
llegar a 300km/h a Becketts, una secuencia de curvas muy fluida en la que los
pilotos prácticamente no tocan los frenos y en la que la alta velocidad genera
un apoyo en el coche que hace que los pilotos sufran tremendas fuerzas G.
Otro factor a tener en cuenta en Silverstone son las
condiciones climatológicas. En este circuito el viento suele ser muy fuerte, y
además hay que tener en cuenta que la lluvia puede hacer presencia en el
trazado en cualquier momento, dado que se encuentra en una zona muy propensa a
las precipitaciones.
Los equipos suelen quitar ala al llegar a Silverstone para
poder afrontar en mejores condiciones la rapidez del circuito. Además es
importante contar con un motor potente.
El circuito de requiere una alta carga aerodinámica. El
máximo rendimiento se consigue con un buen equilibrio entre la parte delantera
(ha de ser dura) y la trasera (tiene que ser más blanda), dado que se necesita
buen apoyo en la parte delantera para afrontar las curvas rápidas del circuito,
y un buen agarre en la parte trasera para negociar las curvas lentas de la
última parte del trazado.
Los neumáticos sufren mucho debido a las curvas muy rápidas
que hay aquí. Como ya comentamos, los frenos no sufren mucho porque en la
primera parte del trazado apenas se utilizan.
El coche tiene que tener mucha altura para que el piloto vea
bien en las zonas de baches. En cuanto a las paradas, las altas posibilidades
de lluvia hacen que las estrategias puedan cambiar.
Como ya es habitual, la FIA ha delimitado dos zonas de DRS.
El punto de detección de la primera zona estará antes de la curva 3, la
Village, y el punto de activación después de Aintree para utilizarlo en la
recta Wellington. La segunda zona de detección estará después de la Maggots,
mientras que su correspondiente activación es, el tras el viraje de Chapel.
Para la cita de Gran Bretaña, Pirelli pondrá a disposición
de los equipos, los neumáticos duro y medio, los más duros de la gama, (misma
selección que en 2014)
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